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El cascabel del istmo

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El cascabel del istmo

La música mexicana es uno de los géneros más ricos y diversos que existe en el mundo. Desde el mariachi hasta la cumbia, pasando por el son jarocho y la música norteña, existe una gran variedad de estilos y subgéneros que reflejan la identidad y la cultura de México. En este artículo vamos a hablar sobre el son istmeño, un estilo de música tradicional que se toca en el istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca.

El son istmeño es una forma de música popular que mezcla elementos de la música indígena, africana y española. Se caracteriza por su ritmo alegre y contagioso, y por el uso de instrumentos como la jarana, el requinto, la marimba y la guijada. También es conocido por sus letras jocosas y por su estilo de baile, que implica movimientos de cadera y zapateado.

El origen del son istmeño se remonta a la época de la Conquista, cuando los españoles llegaron a México y trajeron consigo su música y sus instrumentos. Sin embargo, la música indígena y africana también tuvo una gran influencia en el desarrollo de este estilo, especialmente en el ritmo y la percusión.

La música istmeña se divide en dos tipos de sones: el son de tarima y el son de zapateado. El primero se toca sobre una plataforma de madera llamada tarima, y el segundo se toca con zapatos o botas que hacen sonar el piso. Ambos estilos se caracterizan por su ritmo sincopado y por su intensidad, que hace que la gente baile y cante con mucha energía.

Uno de los instrumentos más característicos del son istmeño es la jarana, un pequeño instrumento de cuerda similar a una guitarra pero con un sonido más agudo. La jarana se toca con un plectro y se utiliza tanto para acompañar el canto como para hacer acordes y arpegios. También se usa el requinto, un instrumento de cuerda con un sonido más dulce y suave que se toca con los dedos.

Otro instrumento importante en el son istmeño es la marimba, un instrumento de percusión similar al xilófono que tiene láminas de madera afinadas y se toca con mazos. En el son istmeño, la marimba se utiliza para llevar la melodía y el ritmo, y suele ser el instrumento que más destaca en la música.

La guijada es otro de los instrumentos curiosos del son istmeño. Se trata de una mandíbula de burro o caballo que se utiliza como pandereta y se hace sonar con las manos. La guijada produce un sonido peculiar que recuerda el cascabel de una serpiente, y es una pieza fundamental en la música istmeña.

La música istmeña es muy importante para la cultura y la identidad de los pueblos indígenas del istmo de Tehuantepec. A través de la música, se transmiten historias, leyendas y tradiciones que han sobrevivido en la región durante siglos. Además, la música istmeña se ha convertido en una forma de resistencia y de afirmación cultural para las comunidades indígenas que han sido marginadas y discriminadas históricamente.

En la actualidad, el son istmeño sigue siendo popular en la región del istmo de Tehuantepec y en otras partes de México. Además, ha comenzado a ser reconocido y valorado a nivel internacional, gracias a la labor de músicos y grupos que han difundido la música y la cultura del istmo en otros países.

En conclusión, el son istmeño es una muestra más de la riqueza y la diversidad de la música mexicana. Este estilo tradicional combina elementos de la música indígena, africana y española, y es una pieza fundamental en la cultura y la identidad de los pueblos del istmo de Tehuantepec. A través de la música, se transmiten historias y tradiciones que han sobrevivido durante siglos, y se afirma la resistencia y la dignidad de las comunidades indígenas frente a la discriminación y el olvido. La música istmeña es un tesoro que debemos valorar y preservar, para que siga siendo parte de nuestra herencia cultural y musical.